Articulos Industria de la Lavanderia y Tintoreria en Mexico
Articulo ABRE TU TINTORERIA de Entrepreneur
Las claves del éxito
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April 17, 2017
FUENTE: https://www.ienseco.com/single-post/queeswetcleaning
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Agustín
Durante los últimos años, a nivel mundial, ha habido una creciente preocupación por la conservación del medio ambiente, esto ha orillado a que paulatinamente diversos procesos manufactureros, industriales, comerciales, etc., estén siendo modificados en pro de la sustentabilidad ambiental. Ya lo podemos apreciar con los fabricantes de autos y su incesante búsqueda por encontrar la alternativa rentable a los motores de combustión interna, por lo cual hoy ya podemos encontrar autos de tecnologías híbridas circulando por las calles. Como este ejemplo podemos encontrar muchos procesos y productos que están sufriendo adaptaciones para favorecer el medio ambiente y es por eso que como nosotros nos dedicamos a la tintorería y lavandería, hoy voy a tocar el tema del “wet cleaning”.
El “wet cleaning” o PWC (professional wet cleaning), se busca instaurar como una alternativa al tradicional lavado en seco, sustituyendo el uso de solventes, por agua y detergentes biodegradables, ¿Entonces si se utiliza jabón y agua, estamos hablando de lavandería tradicional (laundering)? No precisamente, debido a que este proceso lleva ciertas modificaciones tanto en máquinas como en productos para que permita el lavado de prendas finas por ejemplo: seda y lana.
Existen varios fabricantes que están desarrollando maquinaria y productos simultáneamente para crear su propio proceso de “wet cleaning”, cada uno ajustando sus máquinas, probando nuevos productos, mejorando el proceso día a día para lograr el objetivo de poder lavar el 100% de las prendas utilizando el agua como elemento de inmersión; a la fecha que escribo este post solo he escuchado de dos fabricantes, que manipulando todas las anteriores variables, han alcanzado este cometido, pero la mayoría ya está muy cerca de lograrlo, están entre el 90 – 95 % del total de prendas, estimo que en un par de años todos los sistemas de “wet cleaning” independientemente de su fabricante, van a poder procesar todas las prendas que recibe una tintorería.
¿Cuál es la diferencia entre un sistema “wet cleaning” y un sistema de lavado en agua tradicional?
A priori todo pareciera ser igual: una lavadora en agua y una secadora, pero cuando las observas más a detalle te das cuenta que éstas máquinas cuentan con varios sensores que les permiten ir midiendo y manipulando ciertas variables a medida que se va desarrollando el proceso de lavado y/o secado, todo esto lo hacen gracias a la conexión entre sensores y computadora.
Lavadoras: tienen frecuencia del motor controlada por una computadora con un software que procura llegar al punto óptimo entre la mejor calidad de lavado y la mayor conservación de la prenda delicada, esto lo hace ajustando (de acuerdo con las circunstancias y el programa seleccionado por el operador), el tiempo de ciclo, el nivel del agua, la temperatura, los químicos y el grado de agitación, buscando que la mecánica aplicada a las prendas finas sea lo menor posible como para no dañarlas y la suficiente para que la prenda alcance a ser limpiada.
Secadoras: cuentan con sensores dentro del tambor que le permiten a la computadora conocer el porcentaje de humedad presente en las prendas para llegar al punto de secado deseado sin llevar la ropa a que se seque por completo, aproximadamente la mayoría de programas de estas secadoras llevan la ropa a alrededor de un 10 % de humedad a través del ajuste de gas o vapor según sea el caso, esto con el fin de evitar la distorsión en la prenda y facilitar la remoción de las arrugas en los procesos posteriores; claro está que si el operador así lo requiere puede modificar los parámetros para incluso dejar una prenda seca por completo (algo absurdo al utilizar este tipo de máquinas).
Químicos: Se utilizan detergentes y aditivos - lubricantes que acondicionan el agua previamente a que la ropa sea introducida en la máquina, la finalidad de estos productos en “wet cleaning” no nada más es higienizar la prenda, sino proteger las fibras de daños, corrimiento o pérdida de color, evitar la re-deposición, así como mantener la apariencia de la misma.
Todo lo anterior funciona de maravilla para lavar prendas delicadas en agua, siempre y cuando la ropa haya sido clasificada de manera correcta por fibras, por peso, por volumen y por grado de suciedad ya que de ahí dependerá el tipo de programa, cantidad y tipo de químicos que se seleccionará en la máquina; generalmente los fabricantes dan orientación para separar y preparar las cargas de ropa de acuerdo con el tipo de máquina y productos que ellos comercializan, con el fin de sacarles el mayor provecho.
Una vez que la ropa ha salido de la secadora se puede pasar directo al proceso de planchado o si quieres que el planchado no sea tan laborioso (por obvias razones la ropa procesada en “wet cleaning” tendrá mayor cantidad y profundidad de arrugas que las prendas que se lavan en seco), previamente a planchar, puedes utilizar las máquinas de tensión diseñadas para “darle cuerpo” a la ropa después del proceso de “wet cleaning”, esto ya será decisión de cada quién.
Una de las desventajas que le encuentro al “wet cleaning” aparte de las arrugas post proceso, es la dificultad para eliminar suciedad de origen graso, si bien existen agentes de pre tratamiento para este tipo de suciedad que funcionan a la perfección con manchas ligeras, cuando se nos presenten concentraciones altas de grasa en una prenda, por ejemplo un pantalón de trabajo impregnado de grasa industrial, su eliminación será algo complicada y el costo en producto será elevado. Es por eso que en algunas plantas a pesar de haber introducido el sistema “wet cleaning” aún conservan su sistema de lavado en seco tradicional para cierto tipo de ocasiones, es decir el solvente ya no es el sistema primario de lavado sino que se convierte en un sistema auxiliar.
Haga clic para editar el texto. ¿Qué necesitan saber las personas que visitan su sitio web sobre usted y su negocio?
https://www.entrepreneur.com/article/263726
Es un hecho: cada vez más familias dejan de lavar en casa. La falta de tiempo, una mayor participación de la mujer en la vida laboral o el aumento de personas que viven solas son algunas de las causas que han cambiado los hábitos de los mexicanos. Otros factores que han influido son el reducido tamaño de los nuevos apartamentos donde no cabe un centro de lavado y hasta la moda, ya que actualmente la mayoría de las prendas de vestir y la ropa de marca no necesitan lavarse en seco.
Además, la gente que trabaja valora más su tiempo y busca practicidad: este consumidor sabe que ahorra más acudiendo a una lavandería, que lo que gasta por hacerlo él mismo o por pagarle a alguien que le ayude en las tareas del hogar.
A diferencia de las tintorerías –cuyos equipos rebasan $1 millón–, una lavandería es un negocio de baja inversión que llega a arrojar márgenes de operación del 50% y utilidades promedio de hasta un 30%. Las lavanderías pequeñas generan una ganancia mensual de $10,000, mientras que en las medianas y grandes son de alrededor de $25,000 al mes.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de las Lavanderías (Canalava), este sector registra un crecimiento sostenido, principalmente por la apertura de lavanderías automáticas que responden al aumento de la demanda. Así, también se observa que los locales tradicionales se están transformando en amplios centros de lavado.
Por ejemplo, las modernas sucursales ofrecen servicios complementarios de planchado y reparación de prendas, así como el autoservicio. Algunas hasta tienen instaladas máquinas vending que les generan ingresos extra por los consumos de café y botanas. Otro valor agregado puede ser la entrega a domicilio y los amplios horarios de atención.“Los clientes reconocen tus esfuerzos por brindarles un mejor servicio y facilitarles su estancia”, comenta Rocío Carrillo Abraham, propietaria de Maxi Lavandería & Servicios, cuyo negocio ubicado en Metepec, Estado de México, tiene habilitada una conexión Wi-Fi para que sus clie-tes naveguen por Internet mientras esperan a que su ropa esté lista.
Las lavanderías se clasifican según la clase de servicio que se ofrezca, que va en función de su capacidad instalada y tipo de maquinaria. El 80% de las firmas del sector son microempresas que tienen cinco lavadoras y trabajan “por encargo”, que es cuando el cliente lleva a lavar sus prendas y las recoge al día siguiente.
También existen las que tienen más equipos y tinas de mayor capacidad, que además manejan el autoservicio para que el propio cliente lave su ropa. Como una de las tendencias más fuertes del sector está la instalación de módulos de recepción en los que sólo se recolectan y se entregan las prendas y que, por lo tanto, no requieren de una inversión muy grande.
También puedes instalarla en un área cercana a otros comercios para lavar por ejemplo, la mantelería de restaurantes o las toallas de estéticas y spas que, en promedio, gastan entre $3,000 y $4,000 en esta tarea. Así, con sólo captar a cinco de estos clientes, tendrías ventas aseguradas por $20,000 al mes.
Toma en cuenta que una gran cantidad de personas que hace uso de una lavandería vive en colonias populares de clase media, con alta densidad de población. Ellas prefieren un negocio de autoservicio con máquinas tragamonedas de cargas superiores. En cambio, las zonas con niveles socioeconómicos medio-alto y alto demandan el servicio “por encargo”. Para las residenciales lo mejor es contar con equipo combinado y al menos una lavadora especializada en ropa delicada, como sedas y lanas.
Existen numerosas máquinas industriales y semi-industriales, con o sin tragamonedas, que incluyen una tarjeta magnética que arroja estadísticas importantes tanto para la administración del negocio como para las estrategias de marketing que se implementen.
Por ejemplo, conocer las frecuencias de uso y los ciclos de lavado más demandados te ayudarán a establecer promociones u otros descuentos que atraigan más clientes. Además, a mediano plazo, esta tecnología permite tener una operación automatizada que no exige al emprendedor estar en el local de tiempo completo.
La inversión en equipo básico de cuatro lavadoras y dos secadoras es de $49,500, y si se equipan con tragamonedas se eleva a $70,000. Para montar un negocio grande con máquinas de alta eficiencia se necesitan $90,000, mientras que el paquete de ocho a 10 lavadoras/secadoras de diferentes capacidades requiere de alrededor de $250,000.“Con un equipo de estas características, la inversión se recupera en menos de un año”, señala Carlos Martínez, director comercial de Maytag México, distribuidora de equipo de lavandería. Según su experiencia, se puede iniciar con seis máquinas semi-industriales y una grande para lavar edredones en un local de 16m2 (con baño incluido), con rentas de $3,500 a $5,000 mensuales.
Por ejemplo: mientras que una lavadora para el hogar gasta entre 180 y 200 litros de agua por ciclo, una semi-industrial utiliza 120, y los equipos ecológicos de alta eficiencia industrial sólo 50. Al usar menos agua, también se reduce a la mitad la cantidad de productos químicos (deter-gente, blanqueador y suavizantes).
Así, al invertir en equipo especializado, el consumo de agua baja en 75% y el de energía eléctrica en 50%. Y gracias a sus sistemas de centrifu-gado, también se obtienen ahorros de hasta el 40% en el gas que se utiliza para el secado.
La Canalava también apoya a sus agremiados con un software que calcula los costos de agua, gas, energía eléctrica, mano de obra, renta y depreciación, además de indicar las cantidades adecuadas de detergente, blanqueador, suavizante y otros productos químicos.
Esta eficiencia en la operación hace más rentable el negocio y disminuye considerablemente el impacto ambiental que genera, por lo que ade-más se reducen los pagos de derechos por la descarga de aguas residuales. Y por si fuera poco, esta estrategia ecoamigable puede actuar como gancho para atraer a consumidores verdes.
Se estima que en México existen 24.7 millones de viviendas particulares habitadas, de las cuales el 97% dispone de energía eléctrica y 63% de los hogares cuentan con una lavadora automática de ropa.
Sin embargo, no es suficiente. Aunque exista un alto índice de lavadoras en los hogares mexicanos la realidad es que el tiempo es poco, por lo que destinarlo para lavar, doblar, planchar y reparar la ropa no es muy atractivo.
La agitada vida moderna, el tiempo cada vez más escaso, el tráfico y las distancias entre trabajo y hogar hacen que el cuidado de la ropa sea una de las actividades menos atractivas para cualquiera, sin embargo, es indispensable para nuestra vida diaria y nuestra presentación ante los demás.
Si se trata de optimizar el tiempo, tu oportunidad de negocio es grande.
La realidad es que tampoco es divertido desplazarse a la tintorería o lavandería más cercana e invertir tiempo en ello para dejar la ropa… ¿por qué habría de ser así si la lavandería puede ir a tu hogar?
Crea un negocio de recolección de ropa a domicilio para lavado, planchado y tintorería. ¿Suena muy fácil? Sí, pero tu valor agregado estará en la puntualidad, en los mejores horarios (puede ser de 7 de la mañana a 10 o incluso 12 de la noche) y en la posibilidad de que tus clientes ordenen en línea y paguen a través de diversos medios, ya sea tarjeta de crédito o débito, PayPal y tiendas de conveniencia, no solo efectivo.
Lo mejor: la entrega de la ropa debe ser lo más rápida posible. ¿Qué te parece dentro de las primeras 24 horas?
En un negocio tradicional el cliente tiene que desplazarse con su carga de ropa hasta la lavandería, la cual cuenta con horarios establecidos como 11 de la mañana a 7 u 8 de la noche o de 9 am a 6 pm. Además, se ajustan a una sola forma de pago, o dos cuando mucho –efectivo o tarjeta- y lo peor: la entrega puede tardar algunos días.
Como ya mencionamos, tu valor agregado será la eficacia con la que ataques el problema. Así que debes contar con el equipo y el personal adecuados para realizar la ardua tarea. Así que ármate de una buena plataforma para gestionar las citas o pedidos, los formularios y descripciones de ropa y hasta una calculadora para que tus clientes sepan cuánto van a pagar.
Ahora solo queda hacer lo que nadie quiere y mejor que muchos.
Modelo. Negocio independiente de lavado, secado y planchado de blancos para la industria de la hospitalidad y sector hospitalario, con capacidad para lavar cinco toneladas diarias.
Público objetivo. Hoteles, moteles, hostales, restaurantes y hospitales. También clubes deportivos, spas y comedores industriales.
Infraestructura. Local de 500 a 600m2; con estacionamiento y zona de carga y descarga, instalación eléctrica trifásica, cisterna de 180,000 litros y sistema de reciclaje de agua.
Equipo. Tres máquinas lavadoras con capacidad para 110 kilos, cuatro secadoras para 80 kilos y tres mangles para 100 kilos cada uno; tres mesas de trabajo, 15 anaqueles, seis carros para ropa y una camioneta para transporte. También se requiere un hidroneumático y un calentador de agua.
Personal operativo. 22 personas: 11 en cada uno de los turnos. Hay clasificadores, lavadores, secadores y planchadores; chofer y ayudante.
Inversión inicial: $10,815,500
Margen de utilidad: 44 a 52 por ciento.
Las lavanderías industriales son un giro que presenta atractivas oportunidades de desarrollo alineadas a la expansión de la industria de la hospitalidad y de los sectores hospitalario, deportivo e industrial. Si bien en este tipo de negocio necesitarás de una fuerte inversión, también podrás obtener utilidades superiores al 50 por ciento.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Lavanderías (Canalava), en México existen 114 establecimientos dedicados a la lavandería industrial, que generan 9,270 empleos directos y 27,000 indirectos.
A decir de Javier Gijón, presidente de este organismo, su potencial de crecimiento se halla en zonas turísticas; aunque las áreas metropolitanas también presentan atractivas oportunidades de expansión a partir del servicio que solicitan restaurantes, moteles, hoteles y hospitales.
Para comenzar tu negocio, debes tener claro el tipo de lavandería que quieres montar y responder a preguntas básicas como público objetivo, capacidad instalada y estimaciones de crecimiento. Esto te servirá para buscar el local ideal.
Los empresarios del ramo aconsejan locales amplios, de entre 500 y 600 m2, ubicados cerca del mercado meta. Éste puede estar constituido por restaurantes, hoteles, clubes deportivos o spas. Lo ideal es partir de un terreno propio, en el que pueda llevarse a cabo la obra civil y arquitectónica propia de una lavandería.
En caso de que no tengas acceso a un predio propio, es recomendable negociar con el dueño o inmobiliaria del local para hacer contratos de arrendamiento de por lo menos cinco o 10 años. El objetivo es asegurar tu permanencia en el local y evitar posibles pérdidas derivadas de tener que hacer nuevas adecuaciones a otro establecimiento y de trasladar maquinaria.
A la par, es importante que te hagas asesorar por personal experto a fin de que establezcan infraestructura, adecuación y distribución del lugar. Puedes recurrir a empresas distribuidoras de equipo de lavandería industrial y/o a la Canalava.
¿Cuáles son los pasos básicos? De inicio tendrás que hacer obra civil, ya sea que tengas un local propio o rentado. Lo principal es el sistema hidrosanitario, el cual incluye dos cisternas: una para agua corriente, con capacidad para 180,000 litros, y la otra para agua reciclada, con espacio para almacenar un promedio de 12,000 litros.
Es fundamental planificar un sistema de alcantarillado y desagüe interno, que conduzca las aguas residuales al canal adecuado. Asimismo, prever la instalación de gas, dice Petra Neumayer, directora operativa de HHR, una lavandería industrial con gran demanda entre clientes del sector de hospitales, hoteles y restaurantes.
¿Qué hay con la electricidad? La instalación debe ser trifásica, debido al consumo de energía de las máquinas. Por lo que deberás comprar un transformador de energía cuyo precio ronda en $400,000, así como una planta generadora de luz que puede costar entre $300,000 y $350,000.
La emprendedora, quien gestó su sueño de montar una lavandería industrial luego de trabajar en un hotel en Estados Unidos y en un hospital privado en la Ciudad de México, añade lo esencial que es planificar desde el inicio los espacios.
Para ello, aconseja crear un flujo de trabajo delimitado por arquitectura, de modo que la ropa siga una ruta alineada a los procesos. En el caso de HHR, este ciclo contempla una zona de recepción, área de clasificación y preparación de cargas, zona de máquinas (lavadoras, secadoras y mangles), planchado y doblado, estantería y salida.
También es clave reservar un área para oficinas, una zona para comedor, baños, vestidores para hombres y mujeres, y un pequeño hall o sala de espera.
Una vez que el “cascarón” de la lavandería está listo, el siguiente paso es el equipamiento, para lo cual deberás investigar la vasta oferta del mercado. Neumayer recomienda empezar de a poco, con un plan de equipamiento escalable, de acuerdo al crecimiento del negocio.
“Creo que gran parte de nuestro éxito radica en que, a diferencia de otros empresarios, nosotros arrancamos con contratos cerrados, lo que nos permitió procesar ropa desde el principio y no tener las máquinas paradas”, comenta.
Una buena fórmula es arrancar con tres máquinas lavadoras con capacidad para 110 kilos, cuatro secadoras para 80 kilos y tres mangles para 100 kilos cada uno. Esta base instalada permite una producción de hasta 330 kilos de ropa por hora, lo que faculta alcanzar un promedio de 5.2 toneladas por día operando dos turnos.
“Hay equipos de casi todo el mundo; en el caso de HHR, nuestro principal proveedor en lavadoras y planchadoras es español, y en secadoras es americano. No obstante, nuestra gama incluye equipos italianos, alemanes, daneses, suecos, belgas, coreanos y chinos”, señala Víctor Aguirre, directivo de Centrax, firma especializada en importación y comercialización de maquinaria para lavandería industrial.
Los precios de las máquinas varían de acuerdo con la marca, características y capacidad. Por ejemplo, una lavadora con capacidad para procesar 110 kilos por hora cuesta alrededor de US$62,500; una secadora para 80 kilos, US$12,500; y tres mangles para 100 kilos cada uno, US$99,000.
A esto debes agregar equipo complementario, como un calentador (caldera) de agua con capacidad mínima para 1,500 litros (US$12,000), y un hidroneumático, para el buen funcionamiento de las máquinas (US$3,500). Y recuerda guardar un presupuesto equivalente al 10% o 15% de tu inversión total, para pagar el costo de instalación.
¿No tienes el capital suficiente, pero quieres arrancar? ¡No te preocupes! Hay una opción más económica. Se trata de equipos reconstruidos que, a decir de su distribuidor y de algunos empresarios, ofrecen un buen rendimiento a un precio razonable.
“Estos equipos reconstruidos funcionan igual que uno nuevo, con la diferencia de que son más baratos. Generalmente cuestan entre un 50% y un 70% del costo de una máquina nueva”, explica Alfonso Ramírez, director de Distribuidora del Norte, empresa especializada en la venta y servicio de equipo reconstruido para lavandería industrial.
El empresario señala que un equipo reconstruido puede brindar la misma productividad que uno nuevo, toda vez que cada una de las piezas gastadas o dañadas han sido reemplazadas. A esto se suma un programa de mantenimiento preventivo regular.
“Aquí es muy importante tomar en cuenta los datos del principio: garantía y servicio”, agrega. Por ello, asegúrate de obtener una garantía por escrito que especifique el tiempo de la misma y los aspectos que ampara. También se recomienda apegarse de manera estricta a las indicaciones de uso y al calendario de servicios, cuya periodicidad depende del uso y modelo del equipo.
Lo que sí puede variar entre una máquina reconstruida y una usada es el consumo de agua y energía, insumos que en las máquinas más modernas suelen ser ligeramente menores. Por último –y sin importar si el equipo es nuevo o reconstruido–, cerciórate que tu proveedor tenga total disponibilidad para servicio y reparaciones urgentes.
Otro aspecto clave en este negocio es contar con un buen proveedor de insumos para la parte de lavandería. Éstos dependen del tipo de ropa que laves (hospital, restaurante u hotel), del grado de suciedad y del tipo de manchas.
El stock básico incluye: producto alcalino, desengrasante, un anticloro, un equilibrante, un bactericida y un neutrosuavizante.
“Se recomienda surtir cada 15 días o cada mes, dependiendo de la rotación del producto. Nosotros orientamos al cliente sobre cuánto producto necesita a partir de lo que lava al mes y del tipo de ropa”, detalla Rodrigo Loyola, director de H.S. Chemical, empresa de venta de químicos para lavandería.
La cantidad de producto se programa directamente en cada máquina, dependiendo del tipo y tamaño de carga. Por ejemplo, un proceso de ropa de hotel toma entre tres y cinco ciclos, mientras que uno básico de hospital lleva de siete a nueve pasos en caso de ropa de cama, y hasta 17 si se trata de ropa quirúrgica.
Imelda Barrera, jefe operativo de HHR, destaca la importancia de guiarse por los conocimientos del técnico, pues una dosificación adecuada de producto se traduce en un lavado de calidad. Por el contrario, una dosificación deficiente puede dejar manchas o daños que redunden en devolución de la producción o hasta pérdida del contrato.
Por tanto, hay que tener empleados capacitados y responsables que conozcan a fondo todos los procesos. La cantidad de trabajadores dependerá de la producción; para una entrega diaria de cinco toneladas, se requieren dos turnos; cada uno con nueve empleados, además de un chofer y un ayudante. La Canalava y proveedores de equipo e insumos ofrecen cursos de capacitación.
Petra Neumayer, de HHR, prefiere brindar sus servicios a empresas privadas en vez del gobierno. Asegura que los hospitales constituyen uno de los mercados más rentables, ya que mientras estos hacen dos o tres cambios de sábanas por día, los hoteles sólo hacen uno.
Ahora bien, ¿a cuánto asciende la utilidad promedio en el ramo? Eso depende de los costos directos e indirectos pero, en general, es cercano al 50% a raíz de precios finales de entre $3 y $3.50 por pieza del sector restaurantero, y de entre $5 y $7 por prenda de hospitales.
Alejandro Pacheco, dueño de Lavanderías Industriales Vescar, con base en Puebla, dice que aunque los hoteles son muy exigentes con la calidad, vale la pena ser un proveedor cumplido, pues en general se trata de un sector que paga bien y a tiempo. Además, aconseja acercarse a las amas de llaves, quienes en gran medida inciden en la decisión de compra de servicios de lavandería en los hoteles.
En todos los casos, la sugerencia es buscar clientes dentro de una misma zona geográfica, a fin de que reciban su ropa limpia y a tiempo. Si quieres ampliar tu negocio, la solución está en rentar ropa como sábanas, fundas para almohada, toallas, manteles, servilletas o batas de baño.
Si quieres dar un toque diferenciador y fidelizar a tus clientes, personaliza las prendas con un bordado o detalle especial, tal como hace HHR. Y no te olvides de las promociones. Puedes hacerlo a través de Internet, en directorios especializados y ferias de la industria hospitalaria y de la hospitalidad.
Otro tip es adoptar un software de gestión para optimizar procesos y reducir mermas. Adminístrate es una opción especialmente creada para esta industria. Su precio base ronda en $7,000.
La logística de reparto es otro tema clave, ya que los clientes dependen de ropa limpia y planchada para poder operar. Así que para evitar sorpresas, los emprendedores del ramo recomiendan tener una camioneta principal de reparto y, si es posible, un vehículo secundario. En un principio éste puede rentarse por día, aunque lo ideal es comprarlo o adquirirlo en leasing, una opción que además es deducible de impuestos.